La primera parte aqui
La continuación leela…
Nuevamente, el responsable y otros miembros del equipo del candidato, deciden insistir, aunque estos últimos se dieron cuenta tarde sobre el camino errado que tomó la campaña.
Ya la inconformidad en el equipo había crecido e insistieron al candidato puesto no existía un camino, él se encontraba obnubilado y además sufría de paranoia por la desconfianza de nuevas contrataciones porque había gastado mucho y creía que un simple consultor no marcaría la diferencia para que las cosas camínense encaminaran.
El responsable y otros del equipo al ver la reacción poco inteligente del candidato y su grupo VIP, decidieron dejarlo y buscar otro candidato, inclusive el candidato era tan desconfiado que desconfiaba de ellos. Él prefería perder la campaña a aceptar un consultor que creara una estrategia, porque este último trabajo con sus competidores en el pasado y además tenía una forma de pensar diferente. O porque el candidato no quería recibir instrucciones porque se creía todo poderoso.
En consecuencia, el responsable y varios de su equipo, abandonaron al candidato por el caos de la campaña y porque no había un camino claro. En la otra campaña se dieron cuenta que ellos eran bien considerados, a pesar de haber trabajado para otro candidato y habían sido aceptados por el outsider. Este último estaba orgulloso de su consultor y además, cuando se dio cuenta que el estratega interfirió en el triunfo de la campaña electoral de él.
Gracias al estratega en marketing político, ese candidato outsider pasó de ser un desconocido a uno de los más ovacionados en pocos meses antes de la elección y a convertirse en la sorpresa de la campaña electoral. El Outsider NO se acomplejaba frente al consultor por tener menos conocimiento que él, sino que lo aprovechó a su favor.
El día de las elecciones hubo una tormenta muy fuerte. Llovió, granizó, y el candidato desconfiado recibió los pobres resultados en la votación, confirmaron que perdió. Se arrepintió mucho de no haber contratado un consultor en Marketing Político porque pudo haber ganado y haberse ahorrado mucho dinero.
A pesar de perder, el candidato tuvo mucha suerte, pasó desapercibido y sin escándalos, sin embargo, quedó muy endeudado y después de las elecciones, su corte de aduladores VIP nunca más apareció. Ahora, era un ciudadano cualquiera como antes de la candidatura porque nunca se dejó ayudar por su desconfianza y narcisismo.
El outsider ganó las elecciones por la estrategia de su consultor en Marketing Político, quien explotó al máximo su capacidad de liderazgo, creó propuestas ganadoras y aprovechó los momentos mediáticos. La estrategia y la narrativa triunfaron por la imagen del candidato y el momento adecuado.
El responsable y quiénes abandonaron al candidato inseguro también triunfaron y el outsider los premió con cargos de confianza en la administración de acuerdo a sus hojas de vida.
La moraleja de esta historia es: «…Confía en tu consultor en marketing político, él es un profesional técnico con gran conocimiento. Y para obtener ese conocimiento requieres experiencia de trabajo en varios partidos. A él le interesa ganar la campaña electoral como cualquier profesional para obtener renombre en el medio político nacional e internacional y ser contratado por nuevos candidatos o autoridades.
Finalmente, si tienes que escoger entre el dictado de tu subconsciente ideológico y un especialista en campañas electorales, rechaza la ideología sin dudarlo. El triunfo no tiene ideología, sino un equipo especializado.
Aquel que no confía lo suficiente no será digno de confianza (Lao Tzu).
Por: Fabricio Betancourt
Master en Marketing Político
Master en Estrategia y creatividad en propaganda
Bibliografía:
¿Cómo utilizar bien un consultor político? Joseph Napolitan
Código de ética profesional de ASOCIACIÓN AMERICANA DE CONSULTORES POLITICOS (AAPC)
Me gustó mucho, y realmente la estrategia debe ser liderada por un estratega político y no por el comité de aplausos
Excelentes líneas, es correcto el mensaje transmitido.
El círculo de adulones VIP le quita el sentido de la realidad electoral al candidato Y le muestra una ilusión de su posicionamiento, mina la credibilidad de la campaña y finalmente estrecha la brecha con los outsiders.
Un abrazo.
Gracias por tu comentario Fernando. Un saludo