¿Porque perdí la campaña electoral?

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¿Porque perdí la campaña electoral?

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Oh, estoy seguro de que ya has obtenido los resultados electorales de tu derrota en la campaña electoral. Seguramente tu círculo cercano te ha dicho que la gente simplemente no te merece.

¡Y, por supuesto, también te han dicho que las maquinarias multimillonarias son invencibles! Además, para consolarte, tu círculo más cercano te ha dicho que el estado lamentable del pueblo se debe a que la gente es tan estúpida que nunca podrán salir del subdesarrollo si no eligen a alguien tan increíblemente valioso como tú.

Estoy seguro de que tu guayabo por perder la campaña electoral durará unas semanas y luego desaparecerá. Pero no te preocupes, cuanto menos tiempo dure, mejor podrás analizar tu campaña y los resultados. Y descubrirás que el único responsable eres tú.

Seguro, no investigaste y contrataste a cualquier hijo de vecino que hablaba bonito y que había trabajado en campañas electorales locales, haciendo cualquier cosa, pero sin conocer lo más importante: la investigación cualitativa y cuantitativa.

Seguro pensaste que la persona que te asesoraba, solo por haber nacido en tu ciudad, ya sabía lo que le gusta y necesita la gente, sin necesidad de conocer y analizar estudios cuantitativos y cualitativos. Consideraste que lo único importante eran sus criterios subjetivos y poco objetivos sobre lo que busca el electorado.

Seguro pensaste que, debido a tu larga trayectoria en la política, las campañas electorales se repetían y no necesitabas un estratega, ya que cobran mucho. Además, como eres un político antiguo, creíste que podías desempeñar el papel tanto del jugador como del director técnico en el campo de juego, como si se tratara de un partido barrial.

Seguro pensaste que solo con publicidad creativa en redes sociales, sin mensaje y sin una estrategia de campaña política que permita crear una narrativa conectada con la campaña en todos los ámbitos (tierra, aire y digital), era suficiente para ganar.

Seguro empezaste en la campaña política muy motivado, trabajaste como nadie y lo hiciste con mucho tiempo de anticipación, pero nunca tuviste un estratega político que te dijera que a nadie le gusta hablar de política con tanto tiempo adelantado, y que debemos hacer algo distinto para posicionar la marca personal del candidato.

Seguro preferiste gastar el dinero en camisetas, globos, esteros y más regalitos. Muchas de las camisetas se usaron solo una vez y luego se convirtieron en trapo de limpieza. Pensaste que la gente vota por regalos que quizás no reflejan tu imagen, pero sí tu ego personal.

Seguro te rodeaste de un círculo que se había repartido el poder en el gobierno local, sin permitir la entrada de nadie más y sin comunicarte sobre las opiniones externas de consultores en áreas específicas, porque tu equipo cercano consideraba a esos nuevos señores intrusos que podrían quitarles a tu equipo repartidor de volantes los puesto de futuros gobierno. Ja,ja,ja.

Seguro respondías a todos los chismes de tu círculo cercano, pensando que una publicación en Facebook se volvía viral sin verificar si era cierta y contribuías a que esa noticia negativa se difundiera aún más rápido, como lo demostrarían las métricas que nunca revisaste.

Seguramente contrataste un seudó consultor político que solo buscaba complacer a tu círculo de aduladores y carecía de objetividad. Lo hiciste simplemente porque confiabas en él y desconfiabas de otros consultores, ya sea por ser desconfiado, falta de conocimiento sobre ellos o debido a deudas económicas pendientes con tu consultor anterior a quien no pagaste.

Seguramente pensaste que al organizar eventos masivos mostrarías una imagen de que todos están de tu lado, y si llenas la Plaza X, eso significaría que has ganado. Sin embargo, las cosas han cambiado. No solo el tráfico, el ruido y las disputas afectan a otros votantes en la ciudad, sino que también corres el riesgo de perder votos y desperdiciar recursos en un segmento de votantes que no son los que realmente deseas conquistar.

Seguro pensaste que las vallas de 5 x 3 metros eran la inversión más cara y efectiva para darte a conocer sin hacer el ridículo. Pensabas que si te muestran lo guap@ que eres con una frase bonita es suficiente. Permíteme decirte que no es así, ya que esas vallas pueden convertirse en parte del paisaje y pasar desapercibidas para representar un gasto innecesario. Conozco campañas electorales que han decidido no gastar ni un dólar en publicidad exterior precisamente para no contaminar visualmente, y han tenido éxito en las urnas

Seguro encontrarás una manera de culpar a todos los demás por tu fracaso, porque obviamente no puede haber nada malo en tu enfoque tan perfecto, en tu trabajo incansable y en tu indudable genialidad.

En este momento todo tu círculo político más cercano te habrá abandonado y buscará dónde parquearse, pero no encontrarán lugar en el garaje.

Si hasta ahora no has comprendido la importancia de la estrategia, volverás a caer en el mismo hueco en la siguiente campaña electoral y este artículo habrá sido en vano.

¡Buena suerte la próxima vez y consulta a un estratega de verdad, porque puede ayudarte a ahorrar mucho dinero, a diferencia de lo que piensas!

 

[1] Betancourt, Fabricio, 2023. Decodificando los zapatos rojos

https://www.amazon.com/Decodificado-los-zapatos-rojos-audiovisuales-ebook/dp/B0BYWHCRSS

[2] Betancourt, Fabricio, 2023. Ataque y defensa con humor político

https://www.amazon.co.uk/Ataque-defensa-humor-pol%C3%ADtico-Estrategias-ebook/dp/B0BZ7Q2XT3

[3] Betancourt, Fabricio, 2023. ¿Un debate es racional o emocional?

htps://ataqueydefensa.com/un-debate-es-racional-o-emocional/

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